VIDA DIARIA
LIC. ROSA ELENA GONZALEZ HERNANDEZ
Más vale un mal arreglo que un buen pleito…
“Más vale un mal acuerdo que un buen pleito”, reza el viejo refrán, el dicho lo aplican mucho en los litigios, en pleitos legales, pero igual hace alusión a que, en toda negociación, sobre todo a lo que atañe a tal o cual nación, es mejor ceder en lo menor para no perder lo mayor.
Es decir, las buenas negociaciones implican bajarle a la soberbia, no lanzar discursos populistas a sabiendas que es grande el riesgo que se corre si no se llega a buenos acuerdos, que no se trata de que país gana más sino cual pierde menos.
Y es que hasta para pelear se necesita escoger los enemigos, tomar a los que les puedas ganar o de lo contrario es mejor conciliar para llevar la fiesta en paz, más si se trata de vecinos y socios comerciales como México y Estados Unidos.
Lo anterior viene a colación por el pleito que ya se traen las autoridades mexicanas con el próximo presidente del vecino país del norte, DONALD TROUMP, quien ya amagó con subir los aranceles y hacer deportaciones masivas si México no aplica medidas severas en el asunto del tráfico de fontanillo y migrantes que cruzan por suelo azteca, es decir, cerrar y vigilar las fronteras del sur e ir de verdad contra los grupos delictivos.
El tema sube de tono y es mucho lo que está en juego, de entrada, por lo que no podrá exportar México se puede colapsar a grandes industriarías, producciones del campo, fallará la comercialización y con ello aumentará la pobreza, no se tendrán impuestos para los apoyos que da el Gobierno, como las becas y el 65 y más entre otros.
Por encimita, podemos decir que entre los principales productos que exporta México a Estados Unidos y se tendrán que dirigir a otras latitudes o dejarlos en las bodegas, está la cerveza, tomate, tequila, aguacate, carne de bovino, además acero, litio, petróleo, unidades motrices, máquinas y procesadores de datos, partes y accesorios de vehículos, que igual los gringos pueden adquirir en otro país pero lo hacen acá por la cercanía que reduce costos de traslado, además, porque hay un tratado de buenos vecinos que generan muchos millones de pesos para México, y si se rompe, no se llega a buenos acuerdos con los vecinos del norte los empresarios mexicanos perderían mucho con el aumento de los aranceles, luego se perderían miles de empleos, la inflación se iría por los cielos y la inseguridad estaría mucho mayor. A parte, si no hay industria y empleos no hay quien pague impuestos y no se tendrán recursos para apoyos sociales.
De hecho, los ganaderos de Tamaulipas que son de los principales exportadores de carne bovina y ganado en pie a Estados Unidos perderían mucho si ya no pueden exportar su producto y eso repercutirá en la economía de la entidad.
Cierto es que en un pleito entre México y Estados Unidos las dos naciones pierden si no se tiene un acuerdo conciliatorio, se necesitan uno a otro, pero igual nos guste o no, el vecino país sigue siendo el más poderoso, además de que tendrá un presidente nacionalista que dice defenderá su territorio y tal parece que en esta ocasión si va en serio, agregue que Trump ahora sí tendrá las cámaras de su parte para que le autoricen las disposiciones que requiera.
Claro, sería ir muy lejos imaginar que Estados Unidos pueda invadir territorio mexicano para atacar a células delictivas ya consideradas por su gobierno como grupos terroristas, como sucede en otros países donde el pueblo es el que sufre las consecuencias, pero para que buscarle tres pies al gato.
Las relaciones armoniosas llevan a buenos acuerdos comerciales y el respeto entre ambas naciones y a eso es a lo que se le debe apostar, no andarse escudando en una soberanía y democracia como lo hace GERARDO FERNANDEZ NOROÑA y RICARDO MONRREAL que más que apoyar a la presidenta tal parece se empeñan en agrandar la diferencia con el próximo presidente del vecino país del norte.
Dice MARCELO EBRARD, que a decir verdad parece el más conciliador del sexenio actual, que si TRUMP impone aranceles del 25% llevaría a la pérdida de 400 mil empleos en su país, y bueno, es cierto que allá pierden, pero más real es que lo que debe hacer es preocuparse por lo que perderá México que sería diez veces más, mejor que se aplique en los acuerdos, claro, haciendo hincapié en la colaboración de las autoridades mexicanas en los asuntos de migración y seguridad.
¿Que se buscarán otros mercados con la Unión Europea, Brasil y Asia?, pues es correcto, sin embargo, eso no sería inmediato, además tienen que medir el costo, no es lo mismo cruzar el rio Bravo que algunos océanos y mares, o grandes extensiones de América para vender los productos mexicanos, el costo en muchos sentidos será muy alto para México si no se llega a un buen acuerdo y dejan de cocorear al vecino que, nos guste o no, tiene el sarten por el mango.
En fin, la situación es que el asunto de las posibles diferencias entre México y Estados Unidos, luego de que asuma el cargo DONALD TRUMP, crecen desde ya, el tema puede ponerse color de hormiga, es decir agresivo, y definitivamente si las autoridades mexicanas no dan muestra de urbanidad política, y siguen, como dijo Don JUAN, montados en su macho diciendo que no necesitamos al vecino y no se llega a una buena negociación, que no se valoren las advertencias, quien puede perder mucho más es este lindo, querido y abatido país.
Y si, por la deuda que tiene nuestra nación, se estrangularía a los productores y muchas industrias irían a la quiebra, además con la posibilidad de que, hasta sin autorización, entren los gringos a tierra azteca a perseguir a los violentos, por eso es mejor ceder en lo menor para ganaren lo mayor.
Imagine usted, aun no toma protesta DONALD TRUMP como presidente y con su sola advertencia de lo que hará, si no se tiene un buen acuerdo con México, el peso se desplomo. No se quiere saber lo que pueda suceder si cumple su amenaza porque las autoridades mexicanas hicieron oídos sordos a sus advertencias.
Sin duda alguna, le repito, más vale un mal arreglo que un buen pleito.